El día que dejé la plataforma, recibí su último BTC

La noche cubre Taipéi, las farolas parpadean fuera de mi ventana. Sentado en mi sofá, miro el último registro de transacción de BTC Sugar Dating en mi celular, un torbellino de emociones en mi interior. Soy Zihao, 35 años, ingeniero de software. Mi año en esta plataforma fue un viaje breve pero profundo, y el día que decidí irme, recibí una despedida inolvidable.
 
Hace un año, mi vida era un estanque estancado. Como ingeniero, estaba enterrado en código y reuniones, el estrés me asfixiaba. Mis amigos, ocupados con sus familias, reducían mi círculo social, la soledad me seguía como sombra. Un día, encontré BTC Sugar Dating en línea, una plataforma que usa transacciones en Bitcoin para relaciones claras. Me intrigó—no buscaba romance, sino alguien con quien compartir un momento cálido.
 
La plataforma era fácil de usar, con una interfaz limpia. El sistema de emparejamiento sugería personas según mis intereses, y comencé a charlar con Sunny, una ilustradora freelance de 28 años, con un humor ingenioso y amante de la música y el cine. Nos encontramos en un bar acogedor del distrito Zhongshan, bajo luces tenues. Llevaba un suéter sencillo, su sonrisa traviesa. Hablamos de los Beatles y películas indie que había visto, el tiempo voló. Al final, le envié un pago en Bitcoin por BTC Sugar Dating—monto acordado, registrado en la blockchain, rápido y seguro. Fue una conexión sin las complicaciones de las citas tradicionales.
 
Durante los siguientes meses, nos vimos de vez en cuando. Sunny nunca indagó en mi vida ni me presionó, solo llenaba mis noches con historias y risas. Compartimos panqueques de ostras en un mercado nocturno, paseamos por el río hablando de nuestras inseguridades. Cada encuentro era un refugio, aliviando el peso del trabajo. La transparencia de los pagos en Bitcoin lo hacía simple—montos claros, sin expectativas ocultas. Sentí que esta relación efímera era honesta y reconfortante.
 
Pero con el tiempo, noté que me estaba apegando. Esperaba sus mensajes, imaginaba qué pasaría si no fuera solo una transacción. Eso iba contra nuestro acuerdo tácito. BTC Sugar Dating se basa en límites claros, y no quería romperlos. Decidí dejar la plataforma y volver a mi rutina. Ese día, escribí mi despedida: “Gracias por tu compañía, me voy.” Ella respondió: “Suerte.” Pensé que era el fin.
 
Luego, horas después, mi celular vibró con una alerta de transacción de BTC Sugar Dating. Era de Sunny—una pequeña transferencia de Bitcoin, con una nota: “Gracias.” Me quedé helado. No estaba en nuestras reglas; ella no tenía por qué enviarme nada. Intenté contactarla, pero me había bloqueado. En mi sala silenciosa, sentí una mezcla de pérdida y calidez. Ese último Bitcoin fue su adiós mudo, prueba de que nuestra breve conexión fue real.
 
Desde entonces, a veces pienso en Sunny—su risa nocturna, el brillo en sus ojos al hablar de arte. BTC Sugar Dating me enseñó que las relaciones no necesitan ser eternas para importar. Sus reglas claras y pagos en Bitcoin me permitieron enfocarme en el momento, no en promesas futuras. Ese pequeño Bitcoin fue como un sello: un momento genuino vale más que un para siempre ilusorio.
 
Ahora vivo con el corazón más ligero. Aunque ya no soy usuario, esa experiencia me mostró que los encuentros fugaces dejan huellas. BTC Sugar Dating no es sobre dinero o posesión, sino sobre ofrecer compañía sincera en un tiempo limitado. La vida es una serie de transacciones, unas breves, otras profundas, pero todas merecen ser recordadas.