Solo quiero a alguien que cene conmigo

Me llamo Carlos, tengo 37 años y vivo en un apartamento sencillo pero acogedor en Madrid. He tenido cierto éxito en mi carrera, dirigiendo una pequeña empresa de tecnología, y mi vida parece ir bien desde fuera. Pero, para ser honesto, lo que más he deseado últimamente no es más éxito, sino algo mucho más simple: alguien con quien compartir una cena. No un evento lujoso ni una cita romántica, solo alguien con quien sentarme, charlar sobre el día o comer en un silencio cómodo. Ese deseo tan básico fue más difícil de cumplir de lo que esperaba, hasta que descubrí BTC Sugar Dating.
 
Al principio, la idea de ser un “Sugar Daddy” me incomodaba. Sonaba como un juego para ricos presumidos. Pero al registrarme en BTC Sugar Dating, vi que era diferente. La plataforma usa Bitcoin para los pagos, lo que hace todo transparente y seguro. Cada transacción queda registrada en la blockchain, así que no hay preocupaciones por la privacidad. Esto me permitió centrarme en encontrar una verdadera compañía, sin enredarme en los juegos de las citas tradicionales.
 
Mi primera cita fue con Lucía, una ilustradora freelance de 29 años. Nos encontramos en una pequeña taberna en Lavapiés, un lugar cálido con mesas de madera. Pedí una tortilla de patatas, ella una ensalada, y comenzamos a hablar. Me preguntó: “Carlos, ¿por qué estás aquí?” Pensé un momento y dije: “Solo quiero a alguien con quien cenar, sin complicaciones.” Ella sonrió y respondió: “Eso es fácil. Me gusta lo simple.”
 
Esa cena fue natural. Hablamos de sus dibujos, de los retos en mi empresa, y de cosas triviales como series favoritas. No fue una conversación profunda, pero se sintió bien. En BTC Sugar Dating, no tuve que fingir ser alguien que no soy ni cargar con las pesadas expectativas de las citas clásicas. La compañía de Lucía me hizo sentir que mi pequeño deseo importaba.
 
Nos vimos varias veces más: comimos tapas en un mercado, tomamos café en una plaza tranquila. Me gustaba su sentido del humor y cómo escuchaba cuando desahogaba mis preocupaciones laborales. Cada vez, enviaba un pago en Bitcoin, un proceso tan claro que mantenía las cosas respetuosas y sin complicaciones. Sin negociaciones incómodas, sin compromisos vagos.
 
No todas las citas fueron ideales, claro. Una vez conocí a una mujer que solo hablaba de cosas materiales, y corté el contacto rápido. Gracias a la estructura clara de BTC Sugar Dating, fue fácil seguir adelante. El sistema de Bitcoin y las reglas transparentes me permitieron enfocarme en encontrar a alguien compatible, no en lidiar con enredos emocionales.
 
Algunos podrían pensar que buscar compañía en una plataforma así es superficial. Pero yo creo que incluso los deseos más simples tienen valor. La vida ya es bastante complicada, no quiero jugar a las adivinanzas en las relaciones. BTC Sugar Dating me dio un espacio para decir: “Solo quiero cenar con alguien”, y encontrar a alguien que lo entienda.
 
A través de esta plataforma, encontré más que una compañera para la cena: encontré momentos en los que me sentía comprendido. Lucía dijo una vez: “Carlos, no importa lo que comes, sino con quién lo compartes.” Eso se me quedó grabado. BTC Sugar Dating no es solo una plataforma; es un lugar donde incluso los deseos más simples se hacen realidad.