Esto no es una transacción, es una “química de adultos”

Nunca imaginé que una relación pudiera ser tan directa y cálida. Soy Javier, 38 años, emprendedor en Barcelona. Mi negocio va bien, pero mi corazón está vacío. Soltero desde hace tiempo, el dating tradicional me agotaba—juegos de seducción, indirectas, no gracias. Un amigo mencionó BTC Sugar Dating, un lugar para “compañía sin rollos”. Me inscribí por curiosidad, pensando que pagaría con Bitcoin por charlar un rato. Pero conocer a Lucía me enseñó lo que es una “química de adultos”.
 
Lucía, 30 años, consultora de marketing, tenía una vibra afilada pero dulce, como un buen vermú. Quedamos en un bar tranquilo en Gràcia, ella con una chaqueta elegante, mirada serena. “Yo pongo el tiempo, tú los recursos. No perdamos energía,” dijo de entrada. Me reí: “¿Tan directo?” Encogió los hombros: “Somos adultos, mejor claro.” Su franqueza fue un alivio. Pagar por BTC Sugar Dating fue fácil, todo registrado en la blockchain—transparente, justo, sin sospechas.
 
Nuestras citas no eran románticas, más bien como un pacto con chispa. Lucía mantenía la distancia perfecta, sin indagar en mi pasado ni endulzarme con halagos falsos, pero me hacía sentir a gusto. Se quejaba de clientes pesados, luego sonreía: “¿Vosotros los jefes nunca os hartáis?” Me reí, contándole cómo un proyecto me tuvo sin dormir una semana. Esas charlas eran como con una amiga, pero con algo más.
 
Una noche en la Barceloneta, dijo: “¿Sabes por qué me gusta esta plataforma? Porque yo elijo, no me eligen.” Le pregunté qué quería decir. “El amor siempre me hizo sentir que debía gustar,” respondió. “Aquí pongo las reglas, cojo lo que quiero y me voy.” Eso me impactó. ¿No era eso lo que buscaba? Una conexión honesta, sin peso. Los pagos en Bitcoin lo hacían limpio—todo registrado, equitativo, sin preocupaciones.
 
A veces me liaba. ¿Qué es esto? ¿Amistad? ¿Algo más? ¿Un trato? Lucía vio mi confusión, sonrió: “Tranquilo, Javi. Es solo química de adultos. Tú apoyas, yo acompaño, nadie debe nada.” Eso me aclaró. Dejé de buscar etiquetas y disfruté la ligereza. BTC Sugar Dating no me dio amor, sino algo mejor: una cercanía madura. Aprendí que la intimidad no necesita ser complicada. Límites claros y un intercambio honesto pueden ser más reales que un romance intenso. La vida tal vez es darle al otro lo que necesita en ese momento y soltarlo con elegancia.