Nunca imaginé que sería cinco personas distintas en un día: una estudiante tímida, una ejecutiva de oficina, una artista libre, una amante tierna y una reina dominante. Esos fueron los roles que jugué en BTC Sugar Dating (https://m.btcsugardating.com/#/?invitorCode=188) para encajar con lo que querían diferentes hombres. Pensé que era solo un juego—ponerme una máscara, ganar Bitcoins. Pero este torbellino de roles se descontroló y me obligó a enfrentar mi yo real.
Me uní a BTC Sugar Dating por dinero. Alquiler, deudas de tarjeta, sueños siempre fuera de alcance me empujaron a probar. El primer día, hice match con Diego, cuarentón, tipo tecnológico, quería una “estudiante dulce”. Me puse un vestido sencillo, me hice una coleta, inventé historias de vida universitaria. Le encantó, envió Bitcoins, dijo que le recordaba a su primer amor. Me sentí como actriz cobrando, pero algo me inquietaba.
El segundo día, fui una “ejecutiva de oficina” para Juan, empresario de más de cincuenta. Traje, gafas, charlas sobre tendencias de negocios. Me llamó “impresionante”, añadió un “bono” de Bitcoin. Controlar era divertido, pero una voz susurró: “¿Eres tú?”
El tercer día, jugué a la “artista” para Pedro, inversionista. Inventé que trabajaba en una galería, soñando con mi exposición. Se fascinó, envió Bitcoins, ofreció “apoyar mi arte”. Sonreí, pero me sentí estafadora. El cuarto día, fui la “amante tierna” para Carlos, divorciado, contando sus penas matrimoniales. Lo consolé suavemente, pero tras sus Bitcoins, me sentí vacía. El quinto día, fui “reina” para Lucas, joven rico. Fría, arrogante, escribió en la transferencia: “Tu vibra es brutal.” Pero esa noche, frente al espejo, colapsé. ¿Quién soy?
En BTC Sugar Dating, estos roles eran un espejo, mostrando mi codicia, vanidad, miedos. Pensé que podía cambiar de personaje fácil, pero cada máscara arrancaba mi fachada. Me estaba perdiendo. Paré, reinicié mi perfil, me registré de nuevo—como yo, una chica normal con sueños, miedos, cansancio. Hice match con Pablo, que no quería un “personaje”, solo a mí. Hablamos tres horas—mi infancia, su carrera, sin guiones. Sus Bitcoins vinieron con una nota: “Para la verdadera tú.”
Esto me enseñó que la vida no es un escenario. La verdadera seguridad no está en los números de Bitcoin, sino en conocerte. BTC Sugar Dating (https://m.btcsugardating.com/#/?invitorCode=188) no es solo una plataforma de tratos—es una lupa para ver qué quieres. Si estás perdida en roles como yo, prueba. Tal vez encuentres tu verdadero color.