Estoy en un café del barrio de Palermo, en Buenos Aires, revisando la app de BTC Sugar Dating. Llega un mensaje de Lucas: “¿Libre esta noche? ¿Tomamos algo?” Tiene poco más de 40, es emprendedor en tecnología, tranquilo pero con un encanto que te atrapa. Cuando hicimos match en BTC Sugar Dating, pensé que sería solo una transacción: transferencia de Bitcoin, unas horas juntos, y cada uno por su lado. Pero Lucas me sorprendió. En esta relación “racional” encontré una ternura que no esperaba.
Me uní a la plataforma porque vivir en Buenos Aires no es barato, y quería conocer gente nueva mientras aliviaba un poco la presión económica. El perfil de Lucas era simple, sin fotos ostentosas, solo una frase: “Busco a alguien con quien ser yo mismo.” Pensé que era puro verso. Pero en nuestra primera cita, en un bar de Recoleta, pidió mi mate favorito y me preguntó: “¿Qué te hizo sonreír últimamente?” Esa pregunta, tan sencilla, me descolocó por lo genuina que sonaba.
Esa noche hablamos durante horas – de mi trabajo, de sus sueños, hasta de las películas que nos marcaron. Cuando nos despedimos, me envió una transferencia de Bitcoin, rápida y transparente. Pero luego dijo: “Gracias por esta noche, hacía tiempo que no me sentía tan en paz.” Ahí me di cuenta de que esto no era solo un intercambio. Había algo real.
Muchos critican a BTC Sugar Dating, dicen que es frío, mercantil, que no tiene alma. Pero yo creo que es más honesto que muchas relaciones. En el amor “normal”, escondemos lo que queremos – cariño, seguridad, atención – fingiendo que no esperamos nada. ¿Y qué pasa? Decepciones, celos, corazones rotos. En BTC Sugar Dating, todo está claro: tú quieres esto, yo quiero aquello, el Bitcoin sella el trato. Es racional, sí, pero no por eso carece de corazón.
Seguimos viéndonos con Lucas. Recordaba que me gusta el alfajor de dulce de leche, me mandaba mensajes los días de lluvia para que no olvidara el paraguas, y una vez me acompañó a una galería de arte cuando estaba de bajón. Mientras caminábamos por el río en Puerto Madero, dijo: “Me gusta esto – sin presiones, solo vos y yo, siendo nosotros.” No era una declaración de amor épica, pero era sincero.
BTC Sugar Dating no promete amores eternos, sino un espacio donde podés elegir la relación que querés. El Bitcoin no es solo un medio de pago, es una garantía de confianza. Lucas y yo tal vez no terminemos como en una película romántica. Pero estos pequeños momentos de ternura que compartimos? Para mí, son más que suficientes.